La duración no se “siente”, se calcula. Usa esta regla base:
Duración (días) = (Alcance × Complejidad) ÷ Capacidad.
- Alcance: número de subprocesos y controles clave (p. ej., 6–10 = alto).
- Complejidad: tecnología, calidad de datos, dispersión geográfica (baja=1, media=1.3, alta=1.6).
- Capacidad: personas × horas/día × % de foco efectivo (evita asumir 100%).
Benchmarks rápidos (equipo de 2 auditores):
- Proceso estándar (Compras-a-Pago): 10–15 días.
- Proceso TI con evidencias técnicas: 15–20 días.
- Multi-sede o datos no estructurados: 20–25 días.
Mini-casos (resumen):
- Finanzas (caja/bancos): Alcance 5, Comp. 1.0, Cap. 2×6h×0.8 → 8–10 días.
- Operaciones (inventarios): Alcance 8, Comp. 1.3 → 14–16 días.
- TI (accesos y cambios): Alcance 7, Comp. 1.6, Cap. 2×6h×0.75 → 16–18 días.
Cómo acortar sin perder calidad
- Prework: datos y evidencias antes del kickoff.
- Muestreo por riesgo: menos volumen, más relevancia.
- Plantillas con trazabilidad forzada: procedimiento→evidencia→conclusión.
- Paralelizar: entrevistas y pruebas en carriles distintos.
- Borrador en 72h tras cierre de campo (máx. una iteración).
Alertas típicas
- Subestimar limpieza de datos y tiempos de acceso.
- Ignorar el foco efectivo (reuniones, esperas, retrabajo).
- Cambiar alcance sin recalcular (deja rastro y re-aprueba).
Conclusión
Con fórmula, benchmarks y disciplina, el cronograma deja de ser opinión y se vuelve compromiso defendible. Menos fricción, más foco y mejores informes a tiempo.